domingo, 17 de agosto de 2014

1998 CAMBIO DE TERCIO

El comienzo de 1998 trajo novedades que llenaban de ilusión, queríamos hacer zarzuela, pero también nos habíamos propuesto abordar otros géneros, y es por ello que nos aventuramos con dos locuras.

La primera: realizar un concierto de misas en navidad, pero no unas misas cualquiera, unas compuestas por Ariel Ramírez, una misa luba, una criolla, y una llamada Navidad Nuestra. Como hablo de memoria, no me lo tengan mucho en cuenta, pero creo que una de ellas, la luba, era de otro compositor.

La segunda: Musical Americano, y no uno cualquiera, el musical A CHORUS LINE, toda una hazaña.

Para realizar el musical, se hizo una gran campaña de captación de voces. De los 23 que comenzamos el Teatro Lírico de Huelva (en adelante TLH), llegamos a hacer ese musical unas 50 voces, pero vayamos por partes.

Los ensayos se realizaban martes y jueves, de 21:00 a 23:00, con un descanso a las 21:50 de unos 10 minutos, pero que nunca se cumplía, al fin y al cabo los cigarros solían durar un poco más (yo por aquella época aún no fumaba). Lo normal era llegar a casa cerca de las 0:00, agotado y con un hambre atroz, teniendo que levantarme al día siguiente temprano, ya que había que ir al instituto.

Los martes se solía dar una primera hora de solfeo, para saber qué teníamos entre manos. La otra hora más las del jueves, las usábamos para ensayar las piezas nuevas.

Cierto es que los ensayos empezaban puntualmente a las 21:00, es más, si alguno llegaba a las 21:01, no se le abría la puerta, las normas eran quizá demasiado estrictas en eso, por un lado evitaban el que los que llegaban a las 21:01, terminaran llegando a las 21:15, pero por otro generaba crispación ya que había gente que hacía auténticos esfuerzos por llegar a tiempo, y por un minuto, veían cómo aquel esfuerzo se quedaba en nada.

Las normas lógicas como no fumar durante el ensayo o apagar los móviles sí se respetaban (lo de los móviles a veces no, pero en fin...), pero la exigencia de silencio total y absoluto en los ensayos no permitía la distensión de los ensayos, y eran pocas las ocasiones que teníamos para relajarnos un poco. Aunque he de reconocer que había hecho migas con algunos compañeros y buscábamos la manera de contarnos algún que otro chiste durante el ensayo.

Por otro lado, también se comentaba (en los pasillos) cómo le iba a "los otros", es decir, la asociación que acabábamos de dejar. Algunos hablaban de ellos con nostalgia o con indiferencia, otros sin embargo los... desdeñaban, por así decirlo.

Institucionalmente hablando, me atreví a diseñar el logotipo del coro, el cual me llena de orgullo, aunque se parezciera al que usaba Touluse Lautrec para firmar sus cuadros (detalle que descubrí años después).



El TLH o THL, que se llamó también por la disposición del logo, comenzó sus ensayos de aquel musical americano con muchas ganas y una enorme dosis de moral.

Cantábamos en inglés, y había que bailar... lo bueno era que había muchos personajes principales, creo que 14 ó 15 entre hombres y mujeres, y también se hizo un cover de cada por si alguno en algún momento se ponía enfermo, lo malo es que ninguno de esos 30 me tocó a mí, yo estaba en "segunda línea coral" una especie de "premio de consolación".

Aquellos ensayos nos pusieron las pilas. El director quería perfección por encima de la perfección, y eso significaba que con tres horas semanales no era suficiente, así que comenzamos eliminando el solfeo y las escasas ocasiones en las que dábamos técnica de canto. No sólo teníamos que memorizar las melodías, también se nos tenían que quedar unos textos que, en ocasiones, no tenían ni pies ni cabeza.

Sin embargo, 4 horas no fueron suficientes, y comenzaron a alargarse los ensayos, se empezaba antes, se terminaba más tarde, no había apenas descansos... algunas veces nos pasábamos toda la primera hora repitiendo una y otra vez una sola página de las partituras, los que mandaban no se conformaban con poco.

Pero dos días tampoco se hicieron suficientes, menos cuando comenzamos con la escena. Algunas piezas se cantaban en inglés, pero muchas otras se tradujeron al español, igual que los textos hablados, en ocasiones, nos podíamos pasar unas seis o siete horas ensayando, pero como yo no era solista, la mayoría del tiempo nos lo pasábamos esperando que nos tocara, en silencio, viendo una y otra vez cómo los solistas repetían textos y piezas.

Quizá lo peor no fuera eso, quizá lo peor de todo fue enterarme del motivo que llevó, el día del ensayo general (el día antes del primero de los tres pases que haríamos del musical), el ver al director saltar por las butacas del Gran Teatro de Huelva hasta llegar al escenario y darle un largo y fuerte abrazo. Habíamos recibido por fax el permiso para hacer la obra... 24 horas antes y con meses de intensos ensayos a las espaldas, eso me crispó un poco, ya que habíamos estado trabajando como mulas durante meses, y nadie, ni siquiera los que mandaban, sabían 24 horas antes si íbamos a poder estrenar aquel monstruo.

Pero se hizo. Habíamos contratado sesiones fotográficas, tres cámaras que grabarían las tres representaciones, vestuario propio...

Yo tenía que subir el primero al escenario. Desde el pasillo del patio de butacas tenía que subir con energía tres pequeños escalones y subirme a un escenario vacío que en segundos, debía estar lleno de unas 50 personas en mallas y chándal, pegando brincos como si de ello dependiera nuestra vida. Tenía que salir el primero, y aquel día, el día del primer concierto, en el primer minuto, cuando la música apenas llevaba dos compases, mi pie tuvo que resbalar con aquel maldito escalón. En realidad, creo que nadie notó el resbalón puesto que, raro en mí, no llegué a caer de bruces, pero estuve maldiciendo mi torpeza el resto de actuaciones.

He de reconocer que, a pesar de los ensayos mortales, del resbalón y de la incertidumbre nos quedó una magnífica representación, y las otras dos también fueron apoteósicas.

Para ser justos, se considero que una de las tres representaciones la hicieran los cover de los protagonistas, ya que habían trabajado una barbaridad, fue un bonito gesto, sin embargo, cuando recibimos el vídeo de la actuación año y medio después, nos dimos cuenta que levantaba la mano una chica y, en el plano siguiente, hablaba otra, o uno de los cantantes comenzaba a hablar con una camiseta gris, y en el siguiente plano cantaba con otra burdeos, era algo bastante cutre, muy poco profesional, máxime teniendo en cuenta que tardaron un año y medio en darnos los VHS.

Ya llevaba un año, y las nuevas voces que se habían incorporado para el musical eran ahora "los nuevos", aunque de las 50 personas que hicimos A CHORUS LINE, nos quedamos después con unas 30.

Tras ello, volvimos a los ensayos dos días a la semana, como era normal, y nos centramos en ese concierto denominado "Misas del Mundo", que estrenaríamos en navidad, pero sin perder de vista un concierto que teníamos pensado dar en verano, otra antología de zarzuela.

Fue la II Gala Lírica de Verano y ya se empezaba a dibujar lo que sería el devenir de los siguientes años: Festival de primavera, Festival de verano y Festival de Navidad.

Tras el verano retomamos las partituras navideñas, nos vistieron con unos ponchos y nos dijeron que teníamos que cantar de esa guisa.

Por fortuna, yo ya contaba con una mínima confianza del director, y pude formar parte de un trío de voces masculinas que harían las dos primeras piezas. Empastamos a la primera, y gracias a ese trío forjé una buena amistad con mis otros dos compañeros.

También fueron ensayos duros y complicados, pero mereció la pena, era mi primer pseudo-solo, y no iba a dejar escapar la oportunidad de demostrar mi valía.

Poco o nada hacía presagiar que aquel concierto tendría su momento álgido en la segunda pieza, cuando coro y solistas perdieron el tono y terminamos cada uno por nuestro lado... es algo que puedo demostrar en el siguiente enlace descargable a través de Mega, el vídeo del concierto, aviso, son algo más de 3Gb, pero es lo que hay, el reproductor de vídeo no estaba en muy buenas condiciones, quizá por eso está en blanco y negro y, por eso, después de pasar el VHS al ordenador, el vídeo se comió la cinta.

https://mega.co.nz/#!OU5wlIxa!DYNHCrOZVMX0b_L7jb9HKkgB1NUr2yGTzQz4OvMDhQE

¿Qué hacer al año siguiente? No podía ser de otra manera, formalizar las temporadas, nuestros primeros contactos con las altas alcurnias de la música, aunque con dispar resultado. Una Antología de zarzuela en primavera, otra en verano y unas misas de Mozart en navidad.

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