2011 había resultado ser un buen año, estuvimos trabajando mucho, me había aprendido mi papel de capó a la perfección, había trabajado durante meses y eso se había traducido en un gran concierto. El caso era seguir en esa dinámica.
Afortunadamente, trabé buena amistad con el director de la agrupación sevillana, y me comentó que quería contar conmigo para más cosas. El año 2012 fue importante en muchos sentidos, ya que no sólo repetimos "La del Manojo de Rosas" cosechando nuevos éxitos, si no que mis conciertos ya no se circunscribían al verano.
Aún a día de hoy no sé decir exactamente el motivo, pero desde que empecé con esta agrupación en 2010 hasta 2014, que es cuando escribo esto, hemos hecho aproximadamente unos 40 Carmina Burana, y siempre ha llenado, el último superó todas las expectativas, pero no adelantemos acontecimientos, estamos en 2012.
Casi habiendo comenzado 2012, recibí una llamada del director de una coral de Huelva, le habían llamado para cantar el Himno de la Coronación de la Vírgen de la Victoria, un acontecimiento de gran repercusión y envergadura en la ciudad, y el tenor al que habían llamado no podía hacer el estreno del himno, así que habían pensado en mí. "Segunda opción", pensé yo, no es que me alegrara ser la segunda opción, pero al menos era el 2º, no el 5º ó 6º. Acepté sin cerrar la cuantía exacta de mi emolumento, pero a pesar de no ser religioso, sé a ciencia cierta que eso podía ser una gran acontecimiento para mí.
Cuando recibí la partitura la estudié durante semanas. No me parecía demasiado complicada, pero me quedaba pelín grave, hay que tener en cuenta que soy tenor ligero, muy ligero, así que por arriba puedo llegar donde quieras, pero por abajo... me cuesta bastante.
A pesar de retrasar unos días el estreno, por fin llegué al ensayo general con coro y orquesta. Cuando me quise dar cuenta, había unos cambios de ritmo bastante acusados que me costó trabajo coger, pero finalmente lo conseguí. El día del estreno, con mi flamante esmoquin canté aquella pieza con el respeto que se merecen todas las piezas. No estoy muy orgulloso de como me quedó, pero teniendo en cuenta las circunstancias, era lo mejor que podía hacer:
https://www.youtube.com/watch?v=9Iy0lsjG_6U
Ese mismo verano, tuve la ocasión de asistir a unas Master Class de canto que se celebraban en Huelva. Fueron las primeras clases en condiciones que recibía, unas dos horas en total, ya que el tercer día había un concierto donde debía exponer las dos obras que había trabajado. Obviamente, una de las piezas que canté era "Una Furtiva Lágrima", que ya era algo así como mi abanderada.
Como había pasado en años anteriores, ni siquiera me molesté en vocalizar, jamás lo hacía, canté la pieza en el ensayo y, cuando me quise dar cuenta, la profesora me estaba pidiendo que volviera a cantarla. Mientras volvía a interpretar la pieza, giré la vista y me di cuenta de que la profesora había llamado por teléfono a su marido, famoso barítono, y ese hombre del que tanto había oído hablar, que tantas veces había escuchado en grabaciones, estaba ahora escuchándome a mí por teléfono, mientras yo cantaba esa pieza que me había acompañado durante años.
He de reconocer que me quedé turbado, la verdad es que después de las Master Class, no he vuelto a ver a esa mujer, tampoco es que ponga mucho interés, no me gustó el poco partido que le había sacado no sólo a mi voz, si no también a la de mis compañeros. Pero eso no hay que tomarlo como una crítica hacia ella, al contrario. Los profesores de canto no pueden enseñar a todos los cantantes, hay alumnos a quienes con un profesor les va mal, y otros alumnos a los que el mismo profesor les saca oro puro de la voz, ella conmigo no dio con la tecla, a pesar de los 120 euros que tuve que soltar para hacer esas Master Class. Al menos guardo el diploma y un par de piezas que canté:
http://youtu.be/9BJRCA-tWdM
Durante la primavera, ya hablando de Sevilla, Vicente me propuso cantar un par de conciertos nuevos, pero unidos en uno solo, se trataba del Réquiem de Mozart y la Misa de Coronación.
Me hacía mucha ilusión, ya que me permitiría abordar un estilo de música que hasta ahora no había abordado como solista. Desde mi casa en Huelva hacía el trabajo más intenso, que era aprender la melodía a base del poco solfeo que tenía y observar vídeos de otras personas que lo habían cantado, siempre ayuda.
Cuando llegué a Sevilla, volvimos a interpretar la zarzuela y el Carmina Burana. Pude hacer algún que otro recital, pero el día del estreno del Réquiem, hubo que cancelarlo. El cuadro de luces había sufrido un problema y no se podía cantar. Tocaba esperar.
Y esperamos hasta finales de Noviembre, cuando por fin pudimos estrenar la obra:
http://youtu.be/waWoZjpMpnk
Todo un éxito aquel concierto. Había sido un año preñado de grandes acontecimientos, y 2013 prometía ser más interesante aún.
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